Salvador Martínez Laroca
Responsable de voz: Eusebio Rodríguez Padilla
Autor: Eusebio Rodríguez Padilla
Datos personales y vicisitudes
Salvador Martínez Laroca (Vélez-Rubio, 1902 – Puebla de la Calzada, 1984) fue un médico y político español.
Fuente: wikipedia:
Hijo de una familia acomodada, estudió Medicina en la Universidad de Granada, licenciándose en la Universidad Central de Madrid. Abrió despacho como médico en su localidad natal, adquiriendo pronto fama de hombre bueno y solidario. Trataba por igual a gentes de distinta condición social y economía, dejando de cobrar a los más pobres cualquier servicio. Llegó a ser conocido entre las gentes como el padre de los pobres y en su vivienda se formaban largas colas de personas humildes venidas de todos los rincones para ser atendidas. Solicitaba dinero de las familias más ricas para entregarlo a las más pobrtes y, aunque no disponía de fortuna, sí destacaba su excelente material médico y quirúrgico y su biblioteca médica especializada. Participó en la creación de la Asociación Velezana de Asistencia Social donde se prestaba socorro y ayuda a los pobres. y en la guerra civil fundó la Casa de Maternidad donde se acogió a los niños evacuados del frente de Madrid.
En el terreno político se inició en la década de 1920, en plena dictadura primoriverista, enfrentado al alcalde de la localidad, Fernando Guirao Alcazar. Fue elegido concejal por Acción Republicana (después Izquierda Republicana) en las elecciones municipales de 12 de abril de 1931 que dieron lugar a la proclamación de la Segunda República, pero fueron anuladas en Vélez-Rubio como en casi todos los municipios almerienses, repitiendo acta de concejal en las celebradas mes y medio después, en mayo. El nuevo ayuntamiento se conformó con mayoría republicana y Martínez Laroca fue elegido alcalde con catorce votos a favor y uno en blanco, aunque su partido, Acción Republicana, solo contaba con seis actas de concejal. En 1933 dimitió como alcalde al ser nombrado presidente de la diputación de Almería durante unos meses. Regreso en noviembre de dicho año y mantuvo la alcaldía hasta la suspensión de la misma por la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA) en marzo de 1934. La victoria del Frente Popular en febrero de 1936 supuso el levantamiento de las suspensiones en toda España, recuperando Martínez Laroca la alcaldía hasta septiembre de 1936, cuando dimitió forzado por los comites locales creados tras el golpe de Estado que dio lugar a la Guerra Civil.
En su labor como alcalde fue reconocido por sus compañeros de corporación como un hombre entregado, que había procurado la mejora de las condiciones de los velezanos, instruido y dedicado a procurar el entendimiento entre los vecinos. Sin embargo, como en la mayoría de los ayuntamientos de España, el triunfo de la derecha cedista le apartó de la alcaldía con cargos instruidos por el nuevo gobernador en una suerte de revancha, acusándole de instigar una huelga de olivareros, haberlos obsequiado durante el tiempo que permanecieron detenidos, ser «pernicioso y peligroso para el orden público» y haber fomentado el enfrentamiento entre obreros y propietarios y privar a estos de sus derechos. Retomo su labor en febrero de 1936 impulsando los proyectos pendientes para mitigar el paro y crear los grupos escolares, al tiempo que hubo de dedicar esfuerzos para evitar las conspiraciones falangistas y fue elegido compromisario para la elección del Presidente de la República en abril de 1936 por la circunscripción electoral de Álmería.
37 años en 1939, hijo de Jesús y Ana, viudo de Carolina Gómez Martínez, sin hijos, médico, natural y vecino de Vélez Rubio.
Formación académica
Estudió Medicina en la Universidad de Granada, licenciándose en la Universidad Central de Madrid
Puestos y cargos desempeñados
Alcalde de Vélez Rubio (Almería)
Presidente de la Diputación Provincial de Almería
Actuación política
Afiliado a Izquierda Republicana, donde fue presidente del Consejo de Local. Alcalde de Vélez Rubio (Almería). Vocal del Comité Revolucionario que se constituyó en esta localidad en agosto de 1936. Fue presidente de la Diputación Provincial de Almería, desde enero a agosto de 1933. Fundó una organización de Enseñanza Libre para niños de 12 a 16 años.
Cuando se produjo la sublevación militar, inicio de la Guerra Civil, el mismo 18 de julio publicó un bando animando a la población a la serenidad y vigilancia. Desde su puesto como alcalde ayudó en evitar el golpe de Estado en su localidad y en la provincia de Almería, apoyando las acciones que evitasen la guerra y el triunfo der los sublevados, todo ello en defensa de la legalidad. Creados los Comites Populares, presidió el de Vélez-Rubio. Junto con otros políticos republicanos y socialistas de la localidad, dio amparo y cobijo a miembros de la derecha política, sacerdotes y, en general, perseguidos de toda la provincia por grupos incontrolados, garantizando y asegurando sus vidas. Destacó en la protección de las monjas del convento de Vélez-Rubio, así como en evitar la quema de iglesias e imágenes religiosas. No obstante, en septiembre de 1936 se vio obligado a dimitir por la intromisión en el Comité Popular de elementos extremistas y considerar que se marginaba a Izquierda Republicana. Los enfrentamientos en el seno de los republicanos durante el final de 1936 y principios de 1937 llevaron a que el gobernador civil de Almería, Gabriel Morón, ordenase la detención de Martínez Laroca, siendo trasladado a la capital almeriense. Aunque con la estabilización de las instituciones a principios de 1937 se permitió su vuelta a Vélez-Rubio, Martínez Laroca, que había viajado a Valencia para trabajar en el Hospital Médico de Evacuación, prefirió quedarse en la capital del Turia. Allí trabajó hasta abril de 1939 con plena dedicación y gran satisfacción de sus compañeros de profesión que reconocieron en él un médico de gran valía.
El 4 de abril de 1939, tres días después de acabar la guerra, Martínez Laroca fue detenido en Valencia por la denuncia de un vecino, siendo trasladado a la prisión de Vélez-Rubio el 15 de abril y permaneciendo allí once meses en los que fue sometido a diferentes vejaciones. Después fue trasladado preso a Granada, donde fue juzgado. Bajo la acción de la Guardia Civil y los falangistas velezanos, se le llamó el «cacique rojo», «matón» y «chulesco tabernario», acusado de la «descristianización» de la localidad, «embaucador y masón», y malversador, atribuyéndosele todas las persecuciones y abusos que se pudieran haber cometido durante la Segunda República y la guerra, si más pruebas que algunos testimonios. Martínez Laroca aportó multitud de testimonios escritos de personas de la derecha almeriense que afirmaban lo contrario, si bien jugó en su contra que algunos convecinos a los que había ayudado, bien por miedo, bien por cobardía, habían testimoniado en su contra. El instructor de la causa concluyo que «…aunque enemigo de la comisión de delitos, y no obstante la ayuda y protección que ha dispensado a muchas personas de orden, y que en nada desvirtúan las graves acusaciones que se le imputan, es el prototipo del perverso político, de los que tantos ha padecido España, …». El 6 de junio de 1940 fue condenado en Granada por el delito de «adhesión a la rebelión militar» a pena de reclusión perpetua a treinta años.
Tras un periplo por varias cáceles, fue indultado a principios de 1946. Se estableció en Madrid y después en Puebla de la Calzada, donde siguió atendiendo a las gentes más pobres a pesar de que había sido privado de ejercer la medicina. Aunque vivió hasta más allá de la muerte del dictador y el inicio de la transición democrática, nunca volvió a Vélez-Rubio a pesar de habersele pedido por los socialistas velezanos con motivo de brindarle un homenaje.
Causas de la represión y/o exilio
Acusación y procesamiento
“Antes de iniciarse el Glorioso Movimiento fue activo propagandista de sus ideas políticas, pero desde el mismo se abstuvo de toda propaganda. El día 18 de julio de 1936 era presidente del Consejo Local de Izquierda Republicana y alcalde del Ayuntamiento y hasta que de un modo llamado legal se constituyó el comité revolucionario local, si bien usaba en los documentos que expedía la antefirma ‘Presidente del Frente Popular’, lo hacía para dar validez a tales documentos; fue vocal, durante unos doce días, el primer comité revolucionario que en esta villa actuó; practicó cuatro detenciones de elementos de derechas; ordenó la recogida de todos los aparatos de radio existentes en la localidad; la incautación de los templos; reclutó obreros provistos de picos y palas, que procedieron a la destrucción parcial de un puente existente en la carretera de Murcia a Granada, entre Vélez Rubio y Chirivel, puente que quedó interceptado al tráfico. Acompañado de unos treinta escopeteros, salió en camiones en dirección a Almería a fin de cooperar a la defensa de la capital, que consideraba amenazada por enemigos de la República y el día que se conoció en esta villa el comienzo del Movimiento Salvador de España, habló a las masas, al objeto de que se aprestasen a defender a la República.
Antes del Movimiento Nacionalista fundó en Vélez Rubio y su distrito el Partido de Izquierda Republicana del que fue presidente; sufrió gran desaliento cuando el fracaso de la Revolución Roja en Asturias, en el año 1934; hizo propaganda a favor de Izquierda Republicana y del Frente Popular y de un modo especial en los periodos preelectorales, habiendo sido nombrado presidente de la Diputación de Almería durante el gobierno azañista y compromisario, cuando fue elevado a la presidencia de la República el funesto Manuel Azaña, del que era amigo íntimo y defensor acérrimo; persiguió a los elementos derechistas locales; encarceló a miembros de la Junta de Falange Española de las JONS de Almería y de la localidad y a muchos elementos de orden también de la localidad; llevó a efecto repartos arbitrarios y mostró su refinado anticatolicismo, casándose por lo civil un día de jueves santo; organizando en Vélez Rubio el primer entierro civil, ordenando fuese igualmente civil el de su compañera, en el que hizo ostentación de banderas sindicales y políticas y estableciendo en su domicilio una escuela laica para contrarrestar los efectos de la enseñanza católica (…) Aunque enemigo de la comisión de delitos de sangre y no obstante la ayuda y protección que ha dispensado a muchas personas de orden y que en nada desvirtúan las graves acusaciones que se le imputan, es el prototipo de perverso político, de los que tanto ha padecido España, que bajo la capa de una aparente legalidad, envenenan las incultas masas con sus constantes propagandas; veían con satisfacción los desmanes por ellos cometidos, siendo pues, culpables morales de ellos; autores únicos, responsables máximos y supremos directores de cuantos hechos vandálicos han ocurrido desde el día en que en España fue proclamada la funesta República, hasta la triunfal terminación de la Cruzada Católica y antimarxista, por los soldados de España, y por lo anteriormente expuesto lo considera elemento peligrosísimo para la Religión Católica y para la Gloriosa Causa Nacional”.
Se le incoa el sumarísimo de urgencia 17.227/39 el 23 de abril de 1939 por el teniente Fernando Navarrete Marzal, quien dictó Auto de Procesamiento en Vélez Rubio el 6 de mayo de 1939.
En su favor contó con los avales de Natividad Castellar, vecina de Orce (Granada); María Dolores Gómez López; Agustín Jofre Martínez, farmacéutico; Francisco Salvador Castellar; José del Álamo Ferrín, brigada de la Guardia Civil; Luisa Domech Herrero, propietaria; Francisco Salvador Arcas, propietario; Francisco Martínez Ponce, veterinario; José Manuel Pérez Serrabona, abogado; Félix Centeno, redactor de Informaciones; Aval conjunto de José Ambel Castellar, José Serrano Saéz, José María Martínez Fernández, Ricardo Cañabate Murandi, Leandro Castellar Martínez, Francisco Salvador Arcas y Antonio Martín Ambel, todos vecinos de Orce (Granada); aval de Fidela Guzmán Motos, vecina de Vélez Blanco; Antonio Martínez Bonillo, médico de Baza (Granada); aval de Juan J. Giménez Cangas Argüelles, inspector provincial de Almería; Ezequiel García Sánchez, agente de Falange; aval de Soledad Sánchez, vecina de Lorca (Murcia); Francisco Díaz Campillo, presbítero de Vélez Rubio; Antonio Moreno Quesada, párroco de Vélez Rubio; María Adoración Bautista Martínez, religiosa; José Valles Fernández, vecino de Cortes de Baza (Granada); otro aval conjunto de nueve médicos del que fuera Servicio Central de Evacuación; aval de Francisco Barado Ferrer, notario.
En sentencia dictada en Granada el 6 de abril de 1940 fue condenado a reclusión perpetua, lo que sería ratificado por la autoridad militar de Granada el 17 de abril del mismo año.
Ejecución de la sentencia
Detenido el 4 de abril de 1939 fue ingresado en la Prisión Celular de Valencia, desde donde fue trasladado a la prisión de partido de Vélez Rubio y de ésta a la prisión provincial de Granada en la que ingresaría el 21 de marzo de 1940. Con posterioridad lo podemos encontrar en la prisión de Partido de Guadix (Granada) y redimiendo condena por el trabajo en el Destacamento Penal de Miraflores de la Sierra (Madrid), desde donde pasó a la situación de libertad condicional el 19 de marzo de 1944, estableciendo su residencia en Madrid. Se le habían abonado para el cumplimiento de pena cuatro años y ocho días por trabajo en el destacamento penal.
Por el Tribunal de Responsabilidades Políticas se le inicia expediente el 2 de noviembre de 1939 con el número 422, por denuncia del Servicio de Información de Policía Militar de Almería, que fue sobreseído por no tener medios económicos y contar con una deuda de 5.000 pesetas en el momento de la instrucción del expediente.
Fuentes de archivo
- Archivo Militar de Almería
- Archivo Militar de Granada
- Archivo Provincial de Almería
Publicaciones sobre el autor
http://es.wikipedia.org/wiki/Salvador_Mart%C3%ADnez_Laroca
Quirosa-Cheyrouze y Muñoz, Rafael; Lentisco Puche, Jose Domingo, Salvador Martínez Laroca y el republicanismo de izquierdas en Almería durante la II República, en II Congreso sobre el Republicanismo en la Historia de España. ‘Historia y biografía’. Priego de Córdoba [Patronato Niceto Alcalá-Zamora y Torres], 2003, páginas 757-779.
Testimonios sobre don Salvador Martínez Laroca en Puebla de la Calzada (Badajoz). Revista velezana, ISSN 1132-7693, Nº. 25, 2006 , págs. 167-168.
http://www.velezrubio.org/revistavelezana/pdf/revistas/25/010memoriapersonala.pdf
http://www.historiadeltiempopresente.com/web/index.php?option=com_content&view=article&id=110:aportacionquirosa&catid=40:congresos&Itemid=57
http://www.historiadeltiempopresente.com/web/index.php?option=com_content&view=article&id=502:lentisco-investigacion&catid=27:investigaciones&Itemid=63
http://www.historiadeltiempopresente.com/web/DocumentosDescargables/Aportaciones/AT29.pdf
Iconografía
Publicaciones personales
*¿Por qué el apartado publicaciones personales está incompleto?
Los investigadores de las diferentes universidades andaluzas y expertos en memoria histórica que han trabajado en la elaboración de este proyecto se han encontrado en su búsqueda de científicos represaliados, exiliados o fallecidos en la guerra civil con un enemigo en apariencia invencible: el olvido.
En ese sentido, la labor de averiguación científica que emprendieron a veces resultó frustrada. La destrucción de archivos, de obras personales y de cualquier rastro documental de muchas de las personas mencionadas en Generaciones de Plata fue por desgracia habitual. Unas veces la desintegración fue causada por la catástrofe de la contienda y muchas otras por un intento deliberado de aniquilación no sólo física sino también intelectual. Ésta es la razón principal de que esta reseña está incompleta.
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