Carlos (José William) Escobar Benavente
Responsable de voz: Eusebio Rodríguez Padilla
Autor: Pako López
Datos personales y vicisitudes
Nacido en Cardiff (Gran Bretaña) el 6 de septiembre de 1904, hijo de Valentín y Claudia, siendo inscrito el 23 de dicho mes, con el nombre de Carlos José William, en el consulado de España de esta ciudad donde su padre ocupaba el cargo de secretario de dicho consulado.
Casado con Rosario Molero Miura, estaba domiciliado en la Plaza Conde Ofalia nº 24. En enero de 1933, siendo facultativo del Cuerpo de Inspectores Municipales de Sanidad, sustituye de forma interina en Roquetas de Mar a José Almécija Ramírez, nombrándosele en enero de 1934 médico titular de dicho pueblo por oposición. [1]
Formación académica
Termina en Barcelona sus estudios de Medicina y Cirugía en 1930 y se colegia en Almería el 23 de febrero de 1932 con el número 229.
Puestos y cargos desempeñados
A principios de 1936 solicita la excedencia como médico titular de Roquetas de Mar para ejercer en Gérgal en la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces. Algunas informaciones lo relacionan con la masonería.
Activismo político
Tras la sublevación militar, y una vez comenzado el conflicto bélico se afilia al sindicato de ferrocarriles afecto a UGT. En septiembre de 1936, en aplicación de un decreto del Ministerio de Trabajo, Sanidad y Previsión del gobierno de la República, se ordena la disolución de la Junta Directiva del Colegio Oficial de Médicos de Almería, siendo primeramente designado por el gobernador civil interino Carretero para hacerse cargo del mismo el practicante Brotons Gil y el farmacéutico García Alonso. Esta designación no satisfizo a la clase médica que se sintió herida en su dignidad por el hecho de que el Colegio pudiera ser dirigido por profesionales ajenos al mismo, presentándose la correspondiente protesta dando lugar a la inmediata rectificación del primer nombramiento. Se procede a nombrar para formar la Junta Directiva a los médicos colegiados afines a partidos y organizaciones sindicales que formaban parte del Frente Popular, siendo designados Gonzalo Ferry Fernández como presidente y Carlos Escobar Benavente como secretario. Esta nueva Junta es confirmada por el gobernador civil Gabriel Morón y se constituye oficialmente el 5 de noviembre de 1936 con las siguientes personas: Carlos Escobar Benavente en representación de UGT, Francisco López Fernández en representación de CNT, Gonzalo Ferry Fernández por Unión Republicana, Rafael Folch Jou por Izquierda Republicana, José García Orozco como independiente en representación de la provincia, Rodolfo Soriano González por el Partido Socialista Obrero Español y Francisco Pérez Rodríguez como independiente por la capital. La Junta Directiva cesada, que estaba presidida por Miguel García Algarra, hace entrega de toda la documentación y enseres del Colegio a la nueva Junta que, como primera medida procede a revisar la gestión realizada por la anterior, revisión que termina con un informe favorable.
A mediados de 1937, tras la fundación del Comité Internacional de Ayuda a los Niños, forma parte de la misma y la dirige en Almería hasta junio de 1938, fecha en la que es movilizada su quinta por el ejército de la República, incorporándose como soldado médico al Centro de Instrucción y Reserva de Sanidad Militar en Albacete desde donde pasa, en agosto de 1938, destinado al 22 Batallón de Ametralladoras motorizado de la 22 División del 23 Cuerpo de Ejército desplegado en el frente de Granada. En diciembre de 1938 es ascendido al empleo de Teniente Médico Provisional (O.C. nº 49 de 24/12/1938, D.O. n’ 1). Finalizada la guerra se presenta a las nuevas autoridades en Granada el 29 de marzo de 1939. Se le concede la libertad condicional el 15 de abril por considerarlo adherido al nuevo régimen, pero con la obligación de presentarse regularmente ante las autoridades. [2]
Causas de la represión y/o exilio
El 10 de agosto de 1939 se le inicia procedimiento sumario en el que la acusación principal es la de haber participado en la incautación del Colegio de Médicos. Son numerosas las declaraciones de compañeros médicos y otras personas avalando a Carlos Escobar, entre ellas la del propio presidente del Colegio, Miguel García Algarra, a quien habían destituido, o Eduardo Pérez López Echevarría, Jefe Clínico del Hospital Provincial y juez instructor para responsabilidades de los médicos de la provincia en 1939. En un primer momento es condenado a la pena de seis años y un día de prisión por el delito de excitación a la rebelión, aunque la Auditoría de guerra anula la sentencia y devuelve el procedimiento al juez instructor para la realización de nuevas diligencias. Tras las mismas se decreta el sobreseimiento de la causa seguida contra Carlos Escobar en septiembre de 1940. Tras ser depurado en aplicación de la Ley de lucha contra la masonería, vuelve al ejercicio de la profesión como médico pediatra, causando baja en el Colegio de Médicos el 22 de septiembre de 1984, tras su fallecimiento.
Su hermano Enrique, abogado de 32 años, sería fusilado por las autoridades franquistas en Almería el 18 de junio de 1939. Otro hermano, el ingeniero Juan Valentín tuvo que exiliarse a México tras la guerra. [3]
Iconografía
Fuentes de archivo
[1] Francisco M. LÓPEZ LÓPEZ: Roquetas de Mar 1931-1936. Desde la proclamación de la República al triunfo del Frente Popular. Ayuntamiento de Roquetas de Mar, 2008.
[2] La información referida a su actuación durante la guerra civil y su procesamiento ha sido obtenida de la causa sumaria 29.460/39 que se encuentra en el archivo del Juzgado Togado Territorial nº 23 en Almería.
[3] http://garciaramosmedicosalmerienses.blogspot.com.es/ (marzo 2013)
Publicaciones personales
Publicaciones sobre el autor
*¿Por qué los apartados publicaciones personales y publicaciones sobre el autor están incompletos?
Los investigadores de las diferentes universidades andaluzas y expertos en memoria histórica que han trabajado en la elaboración de este proyecto se han encontrado en su búsqueda de científicos represaliados, exiliados o fallecidos en la guerra civil con un enemigo en apariencia invencible: el olvido.
En ese sentido, la labor de averiguación científica que emprendieron a veces resultó frustrada. La destrucción de archivos, de obras personales y de cualquier rastro documental de muchas de las personas mencionadas en Generaciones de Plata fue por desgracia habitual. Unas veces la desintegración fue causada por la catástrofe de la contienda y muchas otras por un intento deliberado de aniquilación no sólo física sino también intelectual. Ésta es la razón principal de que esta reseña está incompleta.
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