Alberto Martínez Álvarez de Sotomayor
Responsable de voz: Eusebio Rodríguez Padilla
Autor: Eusebio Rodríguez Padilla
Datos Personales y vicisitudes
Nacido el 20 de diciembre de 1891, hijo de Pedro y Teresa, casado con Florentina Márquez Soler y padres de dos hijos, médico, natural de Cuevas del Almanzora (Almería) y vecino de Serón (Almería), en la calle Umbría.
Ingresó en el Ejército Popular en diciembre de 1936, donde llegó ostenta los empleos de alférez, teniente y capitán médico, jefe de los servicios sanitarios de un Batallón en los frentes de Granada a finales de 1937. En marzo de 1938 fue destinado como médico a la Caja de Reclutas de Almería y Tribunal Médico durante dos meses. A la finalización de la guerra fue internado en la prisión provincial de Granada, en el departamento de La Campana.
Formación académica
Licenciado en Medicina.
Actuación política
Afiliado al PSOE desde 1931 y fue presidente de la Agrupación Socialista en la misma fecha. También estuvo afiliado a la UGT.
Acusación y procesamiento
“Al iniciarse el Movimiento Nacional se encontraba en Serón (Almería) formando parte del Comité Revolucionario, que ordenaba registros domiciliarios, saqueos y detenciones de personas de derechas. Estuvo en el pueblo de Turre (Almería) durante la dominación roja, desempeñando la titular de médico nombrado por el comité revolucionario de aquel pueblo, ejerciendo gran influencia sobre este comité y sobre el del pueblo de Garrucha (Almería), donde estuvo celebrando un acto público dos días después de haber sido asesinados catorce personas de derechas. En enero de 1937 se enroló voluntariamente en el Ejército Rojo, prestando servicios como alférez de Batallón; posteriormente fue ascendido a capitán y pasa a prestar sus servicios en el CRIM de Almería, y es presidente del Tribunal Médico de esta población durante tres meses, desarrollando malísima actuación, declarante útiles a todas las personas en general, siendo su máxima que se necesitaban hombres para ganar la guerra. Con anterioridad al Movimiento Nacional estuvo afiliado al Partido Socialista, del que fue presidente, y en el año 1933 se le siguió procedimiento por colocación de dinamita en la vía del ferrocarril a Baza, resultando absuelto”.
Se le inicia el sumarísimo de Urgencia 18.972/39 el 15 de junio de 1939, por el teniente José Capilla Sánchez, juez militar de Granada, quien dictó Auto de Procesamiento en Granada el 28 de julio de 1939.
En sentencia dictada en Granada el 17 de agosto de 1939 fue condenado a muerte, lo que fue aprobado por la autoridad militar de Sevilla el 5 de septiembre de 1939. Contó con el aval de Juan Alonso Vela, sacerdote.
Ejecución de la sentencia
El jefe del Estado le conmuta la pena capital por la de 30 años en fecha 11 de noviembre de 1939. Detenido el 7 de abril de 1939 cumplió condena en la Prisión Central de Burgos, desde donde fue trasladado el 23 de febrero de 1942 a la Prisión Central de Almadén (Ciudad Real) y con posterioridad al Hospital Penitenciario de Madrid, donde redime condena como médico, para pasar a la situación de libertad condicional el 6 de septiembre de 1947, estableciendo su residencia en la cortijada de Huélago (Serón), donde fallece en el año 1962.
Por el Tribunal de Responsabilidades Políticas se le inicia el expediente 2.664 el 25 de julio de 1940, que sería sobreseído, por no tener medios para responder a la posible sanción económica.
Fuentes de archivo que incorporan información relevante
- Archivo Militar de Almería
- Archivo Militar de Granada
- Archivo Provincial de Almería
Publicaciones personales
Publicaciones sobre el autor
Iconografía
*¿Por qué los apartados publicaciones personales, publicaciones sobre el autor e iconografía están incompletos?
Los investigadores de las diferentes universidades andaluzas y expertos en memoria histórica que han trabajado en la elaboración de este proyecto se han encontrado en su búsqueda de científicos represaliados, exiliados o fallecidos en la guerra civil con un enemigo en apariencia invencible: el olvido.
En ese sentido, la labor de averiguación científica que emprendieron a veces resultó frustrada. La destrucción de archivos, de obras personales y de cualquier rastro documental de muchas de las personas mencionadas en Generaciones de Plata fue por desgracia habitual. Unas veces la desintegración fue causada por la catástrofe de la contienda y muchas otras por un intento deliberado de aniquilación no sólo física sino también intelectual. Ésta es la razón principal de que esta reseña está incompleta.
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