
Pedro Vallina Martínez
Responsable de voz: Maite García Ribot
Autor: Gonzalo Acosta Bono
Micro biografía descargada de www.todoslosnombres.org
Datos personales y vicisitudes
De padre asturiano y madre de Cantillana (Sevilla), Pedro Vallina Martínez nació en Guadalcanal (Sevilla) en 1879. Pronto marchó a Sevilla para iniciar sus estudios en el Instituto Provincial de Segunda Enseñanza. Posteriormente se trasladó a Cádiz donde comenzó los estudios de Medicina que continuaría en Madrid, pero su compromiso en la vida política (junto a Fermín Salvochea y los círculos ácratas y federalistas) le obligó a su primer exilio, pese a quedar absuelto en el conocido complot de la coronación.
De wikipedia:
El republicanismo federal tenía gran impronta todavía en el campo andaluz por aquellas fechas, y la posición desahogada de la familia Vallina, permitió que sus hijos fuesen educados en las tendencias más progresistas de la época. Muy joven marcha a Sevilla para iniciar sus estudios en medicina. Considerándose ya anarquista, llega con 19 años a Cádiz, donde coincide con Fermín Salvochea, a la enésima salida de presidio de éste (1898) y de quien se convertirá en alumno en las lides revolucionarias. Juntos, marchan a Madrid, un año después, donde Vallina se relacionará con los círculos anarquistas y pimargalianos. Será amigo también de Nicolás Salmerón y García. Durante su estancia en Madrid estará envuelto en problemas con las autoridades judiciales (por ejemplo en la causa denominada Complot de la Coronación, un fracasado plan para atentar el día de la coronación de Alfonso XIII) y pasará cierto tiempo en prisión. Finalmente, tiene que huir de España y se exilia en París en 1902. La continuación de sus actividades revolucionarias en Francia, (donde entablará relaciones, entre otros, con Louise Michel), le vale la expulsión de ese Estado. En 1906 llega a Inglaterra como refugiado político. Este país se convirtió a fines del siglo XIX y principios del XX en un refugio para los revolucionarios de todo el mundo, que a cambio, no conspiraban contra la monarquía británica. Se instala en Londres y será asiduo del Círculo Anarquista Judío de la ciudad, entablando relación con figuras como Rudolf Rocker, Malatesta o Pedro Kropotkin. Estudió medicina. Al poco de comenzar la Primera Guerra Mundial, una amnistía general le permitió volver a España; aunque la continuidad de sus actividades le condena al exilio interior en la Siberia Extemeña y Navarra. Por esta época ingresa en la CNT y pertenecerá al Comité Nacional de dicha organización que tuvo sede en Sevilla a inicios de la Dictadura de Primo de Rivera, parte de la cual estará preso y luego, de destierro en Tánger y Casablanca. Antes de este destierro creará, gracias a la suscripción popular abierta por el periódico El Noticiero Sevillano, en 1923 el Sanatorio Antituberculoso Vida muy cerca de Cantillana, el pueblo de la familia de su madre, a 40 kilómetros de Sevilla, donde se fue a vivir para atender gratuitamente a los enfermos que no tenían medios económicos. Para él, como médico, había que curar las enfermedades y -a la vez- luchar contra las causas que la provocaban. El Sanatorio quedó sin terminar, pues fue desterrado nuevamente al instaurarse la Dictadura del Primo de Rivera. Volverá a vivir en el Sanatorio después de la proclamación de la II Repúbica, a partir de 1932. Fue enlace en Sevilla del comité revolucionario creado en Madrid para proclamar la Segunda República. Gran parte de la Segunda República la vivió en Sevilla, en el Sanatario Antituberculoso de Cantillana. Durante este periodo estallará el Caso Vallina, gran polémica dentro de la CNT. Se trató de los Sucesos de mayo de 1932 en Sevilla, y sus consecuencias. Vallina estaba en contra de la violencia usada por algunos cenetistas. Trabará amistad con Blas Infante, y apoyará su candidatura andalucista. Y continuará su actividad como médico, como parte inseparable de su anarquismo humanista. Participará activamente en la defensa de la República desde el primer momento. Al producirse la sublevación militar contra la República, huirá a la zona republicana y organizará la resistencia en diversos pueblos, participando en ella como miliciano, como médico y como soldado; y tras la derrota de la República, volverá a marchar al exilio: esta vez será México para no volver. En México servirá de médico a las comunidades indígenas hasta su muerte, ocurrida en 1970.
Formación académica
Inició sus estudios primarios en Sevilla en el Instituto Provincial de Segunda Enseñanza. Posteriormente se trasladó a Cádiz donde comenzó los estudios de Medicina que continuaría en Madrid.
Actuación política
En París primero y en Londres después combinó su formación en Medicina, de gran nivel y aplicada, con una intensa actividad política junto a las principales figuras del anarquismo europeo (Faure, Malatesta, Reclus, Rocker…). Una de las actividades más destacadas fue su participación en el movimiento antimilitarista y pacifista que supuso un importante contrapeso a las ideas belicistas que acabó en la 1ª Guerra Mundial.
Con motivo de la gran guerra se declaró en España una amnistía general que le permitió regresar, junto a su compañera Josefina Colbach, luxemburguesa, embarazada de su primer hijo, estableciéndose en Sevilla. Tuvo algunas dificultades para convalidar sus estudios, por razones políticas, que fueron ampliamente superadas por su gran formación en diversas especialidades médicas. Desarrolló su actividad profesional en modestos consultorios que fue frecuentado por la gente más pobre de los barrios sevillanos (San Marcos, Macarena…), y trabajadores, como los de la fábrica de vidrio, mediante el sistema de iguala. Las consultas gratuitas era lo más frecuente, que quedaba compensada con las de pago que se incrementaba por el prestigio que iba alcanzando en la ciudad.
Su conciencia política le llevó a relacionar las causas sociales de algunas de las principales y más extendidas enfermedades. La coincidencia entre el hacinamiento y las condiciones precarias de la vivienda en Sevilla y los numerosos casos de tuberculosis, quedó reflejada en un mapa estableciendo para esta enfermedad una causa social directa, y a cuya erradicación dedicó buena parte de su saber y de su lucha social y política.
Promovió y organizó una huelga de inquilinos para mejorar las condiciones higiénicas de corrales y casas de vecinos, que junto a otros abusos constituía uno de los principales motivos del descontento popular. Llevó a cabo una intensa campaña, en la que contribuyó decisivamente El Liberal, para construir un sanatorio en el que poder tratar adecuadamente una enfermedad que fue una lacra social. El sanatorio fue finalmente construido en Cantillana por iniciativa popular, y con la participación directa de los trabajadores del sindicato CNT, ofreciendo un servicio sanitario moderno y eficaz hasta que fue expresamente destruido en 1936. Poner de manifiesto las causas sociales de algunas enfermedades le deparó muchas hostilidades, incluso entre la propia clase médica, lo cual le ocasionó nuevos problemas con la justicia: su vida estuvo marcada por una permanente vigilancia policial y los continuos destierros.
Su maletín médico y sus cajas de libros acompañaron a Vallina, junto a su familia, por todos los exilios que vivió en los años veinte y treinta (Marruecos, Portugal, Estella, y, especialmente, los pueblos de la Siberia extremeña y Almadén, donde aún se conserva su biblioteca profesional).
Siguió muy de cerca la evolución política de la República desde su proclamación y luchando para que sus objetivos sociales se vieran cumplidos. Su conocimiento de la llamada cuestión agraria, y su reconocimiento entre campesinos y jornaleros tuvo gran influencia en Blas Infante, que se tenían gran amistad, por entonces perteneciente a las comisiones que trataban de implantar la reforma agraria. Algunos amigos sevillanos, sin su conocimiento, creyeron el momento republicano adecuado para que el Dr. Vallina tuviera el nombramiento en la dirección de Sanidad de la capital, pero las fuerzas vivas lo impidieron. De hecho, durante la República fue tan perseguido como en los tiempos de la Monarquía, y tuvo que soportar periodos de cárcel que también aprovechó para promover condiciones de higienes más favorables para los centenares de presos que se hacinaban en las prisiones.
Causas de la represión y/o exilio
Acusación y procesamiento
El golpe militar de 1936 le cogió en Almadén (Ciudad Real) y fue uno de los organizadores de su defensa y de su proclamación como municipio libre: se incautaron las minas, se organizó el trabajo, la sanidad (un nuevo sanatorio antituberculoso en una finca próxima), y el apoyo de los mineros a la defensa revolucionaria de toda la comarca.
Durante la guerra estuvo en diversos destinos siempre relacionados con los servicios sanitarios, creando hospitales en lugares adecuados con un modelo autogestionario como el de El Cañizar en la provincia de Cuenca, o participando en Valencia en la organización de cursos teórico-prácticos contra la guerra química o la cirugía de guerra. Acabó ingresando en el ejército regular, situación que le ocasionó diversos problemas por incompatibilidad con los principios jerárquicos, cuando eran ejercidos por personas incompetentes o faltas de ética.
Ejecución de la sentencia
Sus prestaciones en diversos hospitales siguieron la propia evolución del conflicto, acabando en hospitales de Barcelona y Gerona hasta que, finalmente, hubo de cruzar la frontera con tantas otras miles de personas y soportar los campos de prisioneros y vivir el resto de sus días en el exilio.
Tras una breve estancia en Santo Domingo se establece en México, en Loma Bonita, estado de Oaxaca. Establece un consultorio médico-quirúgico. Cuando ya agotado por su avanzada edad no pudo ejercer la medicina, y fallecida su mujer Josefina, acabó radicándose en Veracruz en compañía de su hijo Harmodio, su nuera Sara que le cuidó en sus últimos años, y sus cinco nietos. Vallina moría en el exilio mexicano en febrero de 1970.
Publicaciones sobre el autor
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Las memorias de Pedro Vallina fueron inspiración para Vicente Tortajada en la confección de su novela: Flor de cananas, Sevilla, 1999.
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Vallina, P. Mis memorias. ed. Libre Pensamiento, 2000
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Vallina, P Crónica de un revolucionario. Con trazos de la vida de Fermín Salvochea.. SOV CNT-AIT Cádiz, 2007
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Maurice, J. El anarquismo andaluz. ed. Crítica, 1987
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Gutiérrez Molina J. L. El Estado contra la Anarquía. ed. Síntesis, 2008
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Ramón Barragán Reina (2006). Cantillana II República. La esperanza rota, pp. 45-48. Muñoz Moya editores.
Iconografía
Vallina en un acto de la candidatura de republicanos revolucionarios el 25 de Junio de 1931 (imágenes extraídas del libro ya citado).
Mis memorias, Pedro Vallina, Centro Andaluz del Libro y Libre Pensamiento,Córdoba, 2000.
Puestos y cargos desempeñados
Publicaciones personales
Fuentes de archivo
*¿Por qué los apartados puestos y cargos desempeñados, publicaciones personales y fuentes de archivo están incompletos?
Los investigadores de las diferentes universidades andaluzas y expertos en memoria histórica que han trabajado en la elaboración de este proyecto se han encontrado en su búsqueda de científicos represaliados, exiliados o fallecidos en la guerra civil con un enemigo en apariencia invencible: el olvido.
En ese sentido, la labor de averiguación científica que emprendieron a veces resultó frustrada. La destrucción de archivos, de obras personales y de cualquier rastro documental de muchas de las personas mencionadas en Generaciones de Plata fue por desgracia habitual. Unas veces la desintegración fue causada por la catástrofe de la contienda y muchas otras por un intento deliberado de aniquilación no sólo física sino también intelectual. Ésta es la razón principal de que esta reseña está incompleta.
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