Nacido en Cardiff (Gran Bretaña) en 1904 Carlos Escobar Benavente, hijo del secretario del consulado de dicha ciudad, termina sus estudios de Medicina y Cirugía en 1930 en Barcelona.

Dos años más tarde, se colegia en Almería y, en 1934, siendo facultativo del Cuerpo de Inspectores Municipales de Sanidad, es nombrado médico titular de Roquetas de Mar (Almería). A principios de 1936, solicita la excedencia para ejercer en la Compañía de los Ferrocarriles Andaluces en Gérgal (Almería).

Tras la sublevación militar de julio de 1936, se afilia al sindicato de ferrocarriles afecto a la Unión General de Trabajadores (UGT). En septiembre de ese mismo año, Carlos Escobar Benavente es designado secretario de la nueva Junta Directiva del Colegio Oficial de Médicos de Almería. A mediados de 1937 dirigirá el Comité Internacional de Ayuda a los Niños en Almería.

En 1938, es movilizado para incorporarse como soldado médico en el Ejército de la República. Su destino el Centro de Instrucción y Reserva de Sanidad Militar en Albacete. Un año más tarde es enviado al frente de Granada, donde meses más tarde es ascendido a teniente médico provisional.

Finalizada la guerra, Carlos Escobar se presenta el 29 de marzo de 1939 ante las nuevas autoridades en Granada. Es detenido y pronto se le concede la libertad condicional por considerarlo “adherido” al nuevo régimen. En agosto se le inicia un procedimiento sumario en el que la acusación principal es la de haber participado en la incautación del Colegio de Médicos.

En un primer momento es condenado a la pena de seis años y un día de prisión por el delito de Excitación a la Rebelión. En septiembre de 1940, se decreta el sobreseimiento del proceso y, tras ser depurado en aplicación de la Ley de lucha contra la masonería, vuelve al ejercicio de la profesión como médico pediatra.