Nacido en 1879 en Guadalcanal (Sevilla), Pedro Vallina Martínez inicia los estudios de Medicina en Cádiz en 1879, para continuarlos más tarde en Madrid. Su relación con los círculos anarquistas y federalistas y su supuesta vinculación (aunque finalmente es absuelto) con el “Complot de la Coronación” de Alfonso XIII, obligan a Pedro Vallina a exiliarse. En París, primero, y más tarde en Londres desarrolla una intensa actividad política junto a las principales figuras del anarquismo europeo.

Al poco de comenzar la Primera Guerra Mundial, una amnistía general le permite volver a España, aunque pronto es condenado al exilio interior en la Siberia Extremeña y Navarra por sus actividades políticas. En 1923, gracias a la suscripción popular abierta por el periódico ‘El Noticiero Sevillano’, Pedro Vallina crea el Sanatorio Antituberculoso Vida en la provincia de Sevilla. Fija allí su residencia para atender gratuitamente a los enfermos que no tienen medios económicos.

Al instaurarse la Dictadura de Primo de Rivera, la pertenencia de Pedro Vallina a la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), provoca de nuevo su destierro, ahora en Tánger, Casablanca y Lisboa.

Con la proclamación de la Segunda República, vuelve a su residencia en el Sanatorio Antituberculoso de Cantillana (Sevilla). Pero durante este periodo será tan perseguido como en los anteriores y tendrá que pasar periodos en la cárcel.

El golpe militar de 1936 le sorprende en Almadén (Ciudad Real), es uno de los organizadores de su defensa y de su proclamación como municipio libre. Durante la Guerra Civil, es enviado a distintos destinos, siempre relacionados con los servicios sanitarios. Acaba ingresando en el ejército regular y el devenir de la guerra lo lleva hasta hospitales de Barcelona y Gerona. Finalmente, cruza la frontera con Francia y de allí se exilia a México. En Loma Bonita, estado de Oaxaca, establece un consultorio donde servirá de médico a las comunidades indígenas hasta su muerte, en 1970.